jueves, 8 de septiembre de 2011

Nunca podría ser un error parte 1

Solo tengo 17 años y no recordaba que también era mujer y que también podía sucederme a mí...
Una noche lluviosa fue la que marco toda la diferencia, el y yo estábamos solos y las hormonas daban revuelo a nuestro alrededor, no había nada que perder si él estaba conmigo y yo con él.
No era como lo imaginaba, pero si perfecto... no era lo que esperaba... pero me hice a la idea de que no pudo ser mejor, nunca antes había estado con otro chico, la diferencia es que este chico decía que me amaba.

Un par de meses después las cosas cambiaron, ya nada era igual entre nosotros, el no me miraba como antes al contrario miraba a las chicas a su alrededor, mis platicas 
parecían aburrirle y besarme parecía una oblación, sabía que tarde o temprano terminaría y algo dentro de mi gritaba que fuese ya porque no soportaba que me ignorara, que me hablara fríamente o que incluso me hiciera sentir mal, menos bonita, menos importante, como si ya no sirviera...

Estaba algo enferma, desde muy chica visitaba los hospitales frecuentemente y las medicinas eran como mi desayuno, pero estaba acostumbrada, los médicos decían que mi vida podía seguir completamente normal, solo que no tuviera emociones muy fuertes, o enojos o depresiones que hicieran que mi cuerpo se debilitara, mi salud dependía prácticamente de que tan feliz me sentía ese día.
Aparte de notar que mi novio me estaba dejando poco a poco, que me estaba alejando de mis amigos y que mi familia no dejaba de preguntar que me pasaba, me sentía extraña, algo era diferente pero no podía encontrar el motivo.
Estaba tan ocupada acosando la vida de mi ahora ex-novio, que me había olvidado de las cosas normales que deben ocurrirle a las chicas, me había olvidado casi de mi y de mi salud, el abarcaba toda mi mente, bueno él y su nueva conquista, desde saber a dónde iban y que era lo que hacían, ver sus fotos o encontrarlos en varios lugares caminando juntos... solo me estaba haciendo daño.

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Los 5 minutos más largos de mi vida fueron ese día, cuando comprendí que había dejado pasar algo, algo muy importante. Estaba parada descalza en el baño esperando ver que la rayita de la prueba fuera azul y no rosa, pero si era rosa, en serio estaba en problemas.
Era rosa...
Hice varias pruebas, una, dos, tres!!! Todas eran rosas y por más que trataba no lo podía creer, que esperaban que hiciera ahora! Eran rosas!
Obviamente por mi mente paso tomar el poco dinero que tenia y recurrir al método fácil, y nadie se enteraría nunca de que estaba embarazada, todo pasaría de largo y mi vida no se vería truncada; solo estaba engañándome a mí misma, nunca sería capaz de hacerle daño a nadie y menos a una personita que hice con la persona que más he amado, aunque fuese una basura de persona, pero fue mi voluntad.

Espere unos días en lo que me tranquilizaba y pensaba un poco mejor las cosas hasta que un día tome el celular y me digne a marcarle, el tenía que saber lo que me ocurría, ya habían pasado tres meses desde que habíamos estado juntos, el ya tenía una vida, y parecía muy feliz como si yo fuera la única que sobrara. Volví a sentirme frustrada por eso y colgué, mejor marque el numero de mi médico, era hora de afrontar la realidad.
Me sentía cómoda de que mi propio doctor que había visto todas mis enfermedades desde chica fuera quien estuviera poniéndome gel en el abdomen para practicarme el ultrasonido, solo accedió a revisarme si prometía que saliendo del consultorio hablaría con mis padres de lo que me ocurría.

Lo escuche, su corazón era tan rápido que parecía un tambor de redobles pero con una armonía indescriptible. Lo mire, aun era muy pequeño como para distinguirlo pero estaba ahí, no pudimos conocer su sexo, pero estaba segura de que era una niña, algo me lo decía. No pude evitar llorar... hasta ese momento supe que en verdad nunca había sentido amor, hasta ese momento me di cuenta cual es el sentido de la vida de muchos, hasta ese momento me di cuenta cual era mi destino y que debía cuidar de él, o de ella bajo cualquier consecuencia, aunque estuviera sola, EL jamás se iba a enterar de mi embarazo, no merecía ni por un minuto ser padre y si nunca estuvo conmigo, entonces nunca estará con nosotros.

Lo siguiente vaya que fue difícil, la cara de mis padres al saberlo, incluso los tíos que siempre me presumían en las reuniones familiares me miraban como si mi error fuera imperdonable, lo que no sabían es que jamás esto puede ser un error.
La primera reacción de mama fue bofetearme, su segunda reacción fue llorar, la tercera fue abrazarme y la cuarta fue dejar de mirarme, mi padre también se unió.

Los días pasaban, en un diario escribía lo que sentía dentro de mí, era indescriptible, casi cada semana me practicaban estudios para ver cómo iba mi salud y si podría llevar el embarazo hasta el final, eso me preocupaba más que nada.
Ya todos en la escuela notaban mi estomago, me miraban con lastima, algunos hasta con desdén.
No olvidare la cara de mi ex-novio cuando entre a la cafetería con una blusa de tirantes ya no me interesaba ocultarlo, el parloteaba con sus amigos y de pronto me miro, de inmediato se dio cuenta de todo, en sus ojos repasaba la imagen de nosotros dos aquella noche perdiendo el control; su novia a un lado por supuesto, completamente ignorante de nuestra historia y creyendo que el hombre a su lado era el príncipe que se pintaba el mismo, solo era una pantalla, en realidad era una persona vacía.

Los mareos y dolores aumentaban, me sentía agotada y faltaba mucho a clases, varios días tuve fiebre y en una de tantas amanecí en un hospital, mi madre estaba a mi lado dormitando y yo conectada a maquinas. Mire bajo la sabana y aun estaba ahí, me sentí aliviada de solo saber eso, verdaderamente nada mas importaba.
El doctor dijo buenos días, y me dio la peor noticia que jamás alguien podría dar. No estaba diseñada para tener un bebe a esta edad, no con mis enfermedades...




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